Puedes guardarlos a la espera de esa celebración señalada. Puedes tenerlos reservarlos para cuando suceda algo, venga alguien, «ganemos» ese partido, «saquemos» esa asignatura…
O no.
Lo bueno de las latas es que siempre están listas, esperando tu decisión.
En este caso concreto, los impactantes mejillones de Ramón Franco sólo aguardan a que tú decidas cuándo es una ocasión especial… que puede ser mañana mismo.